lunes, 27 de abril de 2009

La Ciudad que no existía (Leyendas de Hoy III) - Enki Bilal y Pierre Christin


La Ciudad que no Existía es el tercero de 5 relatos publicados en la revista de historietas Pilote por el dibujante Enki Bilal y el guionista Pierre Christin. Esta serie de comics lleva el nombre de Leyendas de Hoy, y tiene una muy marcada política izquierdista, como toda la carrera del propio Bilal.

Las dos historietas anteriores eran del género fantástico, en especial la segunda. La primera se llamaba El Crucero de los Olvidados, y trataba sobre un pueblito rural que comenzaba a flotar y se iba volando, el gobierno para tapar el asunto les concedió sus demandas pidiéndoles que volvieran a estacionar el pueblo, así echaron de la zona un campo militar que asustaba a los animales, una planta de procesamiento de papel que contaminaba el agua y un puerto militar que estaba espantando todos los peces.

La segunda historia llevó por nombre El Navío de Piedra. En esta también se trata sobre un pueblito, en este caso una pequeña ciudad costera que está a punto de ser convertida en un paraíso turístico, a costa de sus habitantes. Un viejo ermitaño que vivía en el castillo que se encontraba cerca del pueblito resulto ser un antiguo brujo y levanto cientos de generaciones de muertos para desmontar la ciudad ladrillo por ladrillo y la cargaron en barcos y partieron, guiados por el castillo que flotaba como un navío de Piedra, hacia algún lugar de Sudamérica.

Ambas historias tienen en común no solo la temática fantástico-política, sino también un personaje. Un misterioso hombre de pelo gris aparece en ambas historietas. En la primera se lo presenta como el hombre más buscado por la ultraderecha, porque aparece en los mayores acontecimientos izquierdistas de la época, en todas partes del mundo, y se convirtió en una especie de leyenda. En esta nueva entrega de las Leyendas de Hoy, lo veremos nuevamente en un papel crucial (por última vez tan protagonista).

La ciudad que no Existía comienza con un sueño. Un niño vestido con ropas de todos los colores y una capa camina por las calles y se encuentra con un amigo y se montan en unos animales fantásticos, unicornios y leones alados que giraban en una plaza y salen volando. El niño se despierta y se va al colegio, en el camino se encuentra con su amigo, junto a un tiovivo y dudan si subirse pero deben llegar rápido a la escuela.

La premisa de esta historia es ¿Qué pasaría si pudiera existir un lugar donde todos hagamos lo que queramos a todo momento? ¿Seríamos felices?

El padre del niño sigue su camino luego de despedirse de él en la plaza y camina hasta la fábrica. Allí un cartel enorme está siendo cambiado, como todos los días: 28º Día de Huelga. Él y otros líderes sindicalistas se reúnen a hablar. Él no lo sabe, pero algo grande acaba de ocurrir. Falleció el señor Hannard, el dueño de la fábrica, el dueño de muchas empresas y fábricas de la zona.

Entonces, varios líderes sindicalistas, caminan bajo la lluvia hacia la casa del viejo Hannard para presentar sus respetos en el funeral, en representación de todos los empleados. Allí escuchan algunas cosas que les interesan sobremanera, pero aunque hasta ese punto parezca que va a ser una historieta sobre sindicalismo y socialismo, aquí da un vuelco inesperado y centra la atención en un personaje que ni siquiera había aparecido todavía y que poco tenía que ver desde hacía años con la ciudad y las fábricas de la familia.

Se trata de la nieta del señor Hannard, Madeleine, la única heredera. Ella hace algunos años había sufrido un accidente que la dejó paralítica y que mató a sus padres. Desde ese entonces decidió no volver a la ciudad, pero ahora que se enteró que el viejo se murió, vio una oportunidad para reivindicarse y hacer algo importante para pagar por los pecados de su familia, en sus palabras. A todos lados que va, siempre está acompañada por un hombre de gabardina con los cabellos grises. Ya se imaginarán de quién estamos hablando.

Lo primero fue reunirse con el contador de su abuelo, que era quien le llevaba todos los papeles desde hacía muchísimos años, y junto con él también con el grupo de inversionistas que conformaban un capital muy fuerte para toda Francia, dueños de fábricas y empresas por todo el país, y que era dirigido por su abuelo.

Con la ayuda del mayordomo del viejo Hannard, que la conocía desde muy pequeña, Madeleine fue descubriendo las debilidades de cada uno de los inversionistas y logró, chantajearlos en algunos casos, y en otros convencerlos, de realizar esta obra, esta que no se nos es revelada hasta casi el final de la historieta.

Comenzaron a traer trabajadores, ingenieros y arquitectos de todos lados, y en un año de trabajo, lograron levantar una nueva ciudad, muy moderna pero a la vez muy antigua, atemporal y maravillosa (muy parecida al lugar que sueña el niño al comienzo de la historieta). La ciudad está cubierta por una enorme cúpula de plástico que no deja pasar el viento y mantiene el lugar con un clima excepcional. Toda la ciudad hace recordar en cierto punto a los maravillosos edificios de Gaudí en Barcelona. Esta cita a Gaudí que realiza Bilal en este cómic, será retomada en la siguiente pieza de esta saga, Las Falanges del Orden Negro, que transcurre, una parte, en Barcelona.

Se inaugura la nueva ciudad, a pocos kilómetros de la vieja. En esta maravillosa ciudad nueva, los horarios no significan nada, y nadie está obligado a trabajar o a estudiar. Todos pueden hacer lo que ellos quieran. El primero en irse es el hombre de pelo Gris, que no tiene nada que hacer en ese extraño lugar, pero esta vez no se va con una sonrisa. Pero con él, muy simbólicamente, se van uno de los sindicalistas, y el niño del comienzo del comic, cuyo padre había decidido quedarse fuera del proyecto.

Los sueños son sueños, las esperanzas son esperanzas. Pero para tener todo lo que uno quiere, se debe trabajar por ello, sino no tiene el mismo gusto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, me gusto mucho, me hace acordar a una historia que imagine hace muchos años, pero la cupula era puesta porque la contaminacion estaba matando a todo el planeta, entonces los hombres vivian en una especie de invernadero. La heroina de la historia, se cansa de vivir encerrada en ese lugar, de orden sintetico, y rompe el cristal. Ahi termina, asi que no se como le fue afuera.

(La compu no tiene acentos)

Saludos y gracias por el blog, esta muy bueno

Peter Parker dijo...

Muy buena reseña, me dejó enganchado con la historia.
Acá en Uruguay los cómics de Norma son bastante caros, cuestan entre el doble y el triple que en España.

De Enki Bilal vi Immortel (2004) y me pareció muy surrealista... una joyita.

Corto Maltes dijo...

Muy buena reseña y muy buen blog, te voy a colocar entre mis grupo de bloggers porque como es claro no puedo dejar fuera un blog de comic como este. De Enki Bilal leí la feria de los inmortales y la mujer trampa, mas alguna historieta suelta que publico Norma en su revista Cimoc (como la extraño, snif). Un dibujante de primera linea.