lunes, 20 de abril de 2009

La Cruzada de los Olvidados (Leyendas de Hoy I) - Enki Bilal y Pierre Christin

El 7 de octubre de 1951 en la ciudad de Belgrado, en el este de Europa, nació uno de los más geniales historietistas del continente y del mundo: Enki Bilal. En realidad ese nombre es un pseudónimo, el nombre real de este genio del cine y el comic es Enes Bilalović. Es hijo de madre checa y padre yugoeslavo; y toda su vida y su carrera artística estuvo muy marcada por el conflicto de los Balcanes (las diAlineación al centroferentes reorganizaciones de territorios del este de Europa).

A los 9 años él y su familia se trasladan a Francia, donde se encontraba su padre desde hacía tiempo. Allí, en París, se crió y se convirtió en un hombre. A la edad de 21 años publica su primera obra, luego de salir de la academia de bellas artes, bajo cuya ala tuvo un paso fugaz.

En París se dio, por primera vez en Europa, el quiebre en la historieta. El primer paso hacia la historieta adulta. Los comics y tebeos eran solamente para niños, o para adultos también, pero siempre con temáticas infantiles en algunos casos y en otros, naive. Pero en los 1959 nació la revista Pilote (tan solo dos años después del nacimiento de la editorial Frontera en Argentina, creada por el genial Héctor Germán Oesterheld).

En la Pilote, fundada por el historietista René Goscinny, el creador del galo más famoso: Ásterix, que justamente, se publicaba en esta revista. También se publicaron allí geniales obra de Jean Giraud (Moebius), el dibujante de El Incal. En pilote, Moebius publicó Teniente Blueberry, una muy buena historieta western. También publicaron allí otros grandes autores como Gotlib y Philippe Druillet.

Enki Bilal entró en un concurso que realizó la revista Pilote y ganó con su historieta Le Bol Maudi. Fue así como entró en contacto con René Goscinny y comenzó a publicar sus obras en la revista. La mayoría de sus obras fueron recopiladas en España por la revista de comics Cimoc, y por la editorial Norma.

Bilal comenzó a realizar los dibujos para los guiones de un genio llamado Pierre Christin, que tenía ideas políticas muy cercanas a las del dibujante, y realizaron así una serie de 5 historietas llamadas Las Leyendas de Hoy entre 1975 y 1983. Las 5 historias fueron publicadas por Pilote. Más tarde, mejor dicho, durante esos años en que trabajaron juntos, Bilal realizó la serie de relatos de ciencia ficción recopilados con el nombre de Doble Dimensión y otras historietas como y La Feria de los Inmortales, todas estas de realización integral, pero de estas ya hemos hablado. En el artículo de hoy nos detendremos en la primera historieta de Las Leyendas de Hoy: La Cruzada de los Olvidados.

Magistralmente dibujada y guionada, La cruzada de los Olvidados tuvo un éxito atronador, por su mezcla de historia fantástica y reivindicación política, un factor que se repite en otra de las historietas de la saga, llamada el Navío de Piedra, de la que ya hablaremos en otra ocasión.

La historieta cuenta con un prólogo, realizado en forma de historieta, que toma lugar en un palacete del siglo XVIII. Allí, en la actualidad, se reúnen varios representantes de la derecha europea para discutir un tema muy complicado. La aparición cada vez más frecuente de un bizarro personaje en el escenario de la izquierda mundial. El archivo 50/22B, ya que nadie conoce la identidad de este hombre. Es una leyenda viviente, muchos creen que tiene poderes sobrenaturales relacionados con la magia negra.

Fue visto a través de los años en los barrios latinos de París entre las filas de la izquierda del Socialismo o Barbarie; fue visto en Pekín y en Cuba, incluso existe una foto en la que aparece junto al Ché Guevara. También se supo de él en San Francisco, junto con las Panteras Negras. El hombre formó parte de todos los grandes movimientos izquierdistas de los últimos años.

Mientras en la reunión se ven fotografías y videos sobre este 50/22B, uno de los hombres va a atender una llamada telefónica, y desaparece en la oscuridad, guiado por el mayordomo, hacia un salón lleno de monstruosos seres. Luego otro hombre se retira porque se siente mal, y tiene el mismo fin. Dos más se preocupan por sus compañeros que no regresan y salen del salón, también para ser guiados por el mayordomo a un salón repleto de monstruos. Finalmente, los pocos que quedan descubren que el mayordomo es, justamente 50/22B, pero no logran salvarse, cuando el hombre hace estallar el edificio.

La Cruzada de los Olvidados, propiamente dicho, comienza con escenas cotidianas en uno de esos pueblitos concéntricos, en los que hay entre 5 y 10 viviendas alrededor de una capilla con un campanario. Se encuentra en Las Landas, un bosque cerca del océano al oeste de Francia. El pueblito, en el claro del bosque se llama Liternos. Durante años se dedicaron a la pesca, la cría de animales y la agricultura; pero desde hace un tiempo, todas sus actividades se ven truncadas por el gobierno, ya que en las Landas pusieron un campo militar, que hace pruebas que exaltan a los animales y espantan las aves; una fábrica de papel que contaminó todos los ríos y arroyos de las zona, matando los peces; y un puerto militar en la orilla del mar.

Una mañana, en Liternos, la gente se despertó como siempre y desayunó en casa tranquilos, sin darse cuenta, hasta que salieron de sus casas, de que algo muy extraño estaba ocurriendo. Todos los edificios del pueblito estaban flotando a un metro del suelo. Era imposible ir a ningún lado porque los puentes también flotaban. Una pareja de la ciudad que viajaba por la zona se queda con los habitantes del pueblo que están maravillados por el extraño suceso. Finalmente cae la noche, y la pareja, que no son otros que la secretaria de uno de los hombres de prólogo y el mismísimo 50/22B, atan todas las casas con cuerdas al campanario de la iglesia, donde colocan, escondido, un pequeño aparato. A la mañana el pueblo comienza a volar.

En el campo militar se estaba realizando una prueba misteriosa, y la radiación los estaba deformando a todos los hombres que se encontraban allí. De alguna manera, la radiación que se estaba produciendo daba la energía para el aparatito que hacía volar al pueblo.

Liternos cada vez flotaba más lejos. La gente de los pueblos cercanos les alcanzaban con sogas botes llenos de pescado y de agua para que viajen tranquilos. Finalmente, el gobierno, que no quería que el extraño hecho llegara a la prensa, accedió a todas las demandas del pueblito volador, con la condición de que se volvieran a emplazar en su sitio correspondiente. Entonces, se desmanteló la fábrica de papel, el puerto y el campo militar.

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