jueves, 9 de abril de 2009

Mort Cinder, de Oesterheld y Breccia

Héctor Germán Oesterheld es el mejor guionista de historietas argentino. Mucha gente lo categoriza, a su vez, el mejor guionista de historietas del mundo. Yo concuerdo, todos y cada uno de sus guiones son geniales. No importa si son para grandes novelas gráficas como El Eternauta; o novelas gráficas en capítulos autoconclusivos y casi autónomos, como Mort Cinder; o relatos cortos dedicados siempre al mismo personaje, como en el comic Ernie Pike, que cuenta las aventuras de un cronista de guerra, y muestra todo lo bueno y lo malo que puede despertar la guerra en el ser humano.

Alberto Breccia, a su vez, es respetado en todo el mundo como uno de los mejores dibujantes de historieta. Sus comics superan siempre las barreras de lo visual en muchos sentidos. Logró dar una atmósfera penetrante y terrible cuando realizó el comic Los Mitos de Cthulhu, basados en los relatos de Howard Philips Lovecraft (con la adaptación de Norberto Buscaglia).

Breccia era uruguayo, nació en Montevideo en 1919, el mismo año que en Buenos Aires nacía Oesterheld. Durante su carrera estuvieron muy unidos. Realizaron muchas historietas juntos además de la famosa Mort Cinder. Entre otras grandes obras que realizaron juntos se encuentra Sherlock Time, en la que el jubilado Félix Luna se muda a una lujosa casa cuyos anteriores dueños habían desaparecido misteriosamente. Pronto, con la ayuda del deslumbrante y extraño personaje Sherlock Time, descubren una conspiración extraterrestre y demás temas relacionados con lo oculto.

Otro comic que realizaron juntos fue El Eternauta, pero no el original, sino una nueva versión, más oscura en el dibujo, y más comprometida políticamente, en el guión. Esta nueva versión se publicó en la revista Gente. El nuevo guión denunciaba a las grandes potencias del mundo como las culpables de la inminente caída de Latinoamérica. Antes de poder finalizarse, fue retirada de la publicación, por pedido del gobierno de turno, “casi” censurándolo.

Luego, juntos Breccia y Oesterheld, publicaron La Vida del Che en 1968, historieta basada en la vida del combatiente idealista socialista más famoso del mundo, Ernesto “Che” Guevara. En este comic también participó Ernesto Breccia, el hijo de Alberto Breccia, que a su vez realizó, años después comics basados en Lovecraft, al igual que su padre. También sus hijas Patricia y Cristina se dedicaron a la historieta

En 1969 realizaron Evita, Vida y Obra de Eva Perón. Pero nunca fue publicado, hasta que en 2002, el creador de la editorial Doedyeditores, encontró el manuscrito en casa del propio Breccia, y lo publicó, con el debido permiso de la viuda de ambos genios.

Mort Cinder apareció en la revista Misterix el 20 de Julio de 1962, extendiéndose hasta 1964. Es la historia de un viejo, común o no, y alguien extraído de la fantasía o la ciencia ficción: un inmortal. El la misma relación que se genera entre Félix Luna y Sherlock Time. En el caso del comic que nos compete, el viejo se llama Ezra Winston y el inmortal Mort Cinder.

Existen dos paralelos muy grandes entre estos dos comics. Por un lado el tema de ser una dupla conformada por un viejo y un personaje misterioso. Por otro lado los títulos, que sean homónimos al personaje extraño, en ambos casos. Y por último que Breccia utilizó su propio rostro para darle vida a Félix Luna y Ezra Winston. Si vamos al caso, en El Eternauta, el dibujante Solano López, pone al guionista Oesterheld, como personaje y con su rostro real.

Para terminar con los rostros que aparecen en estos comics, debemos decir que Breccia tenía un estudiante, que luego se convertiría en otro de los dibujantes más respetados del mundo de la historieta: Horacio Lalia, que dedicó su carrera a ilustrar obras de escritores clásicos como Lovecraft, Arthur Connan Doyle y Edgar Allan Poe. También publicó en Hora Cero Semanal, y trabajó con Oesterheld en su historieta Nekrodamus, que se publicó en 1975 por la editorial italiana Eura.
Breccia tomó el rostro duro de Lalia para darle vida a Mort Cinder, el inmortal.

El comic trata sobre muchas cosas. El primer capítulo, que dura solo algunas páginas, nos muestra a Ezra Winston, el viejo anticuario londinense que recibe objetos antiguos de extraños personajes nocturnos. Este capítulo es un pequeño Prólogo.

El siguiente capítulo es una larguísima introducción, que se despliega por más de ochenta páginas, en las que conocemos a Mort Cinder, y se nos da a conocer, a los lectores y a Ezra, la naturaleza de aquel ser inmortal. Tiene un halo de misterio, y durante todo el capítulo, los oscuros dibujos de Breccia nos sumergen en un suspenso aterrador.

El comic se extiende por un total de diez episodios, la mayoría de no más de diez páginas. Cada historia comienza con un objeto antiguo que llega a manos del anticuario, pero su nuevo amigo, el inmortal Mort Cinder lo lleva a través del tiempo en relatos interminables. Muchos de esos objetos tuvieron contacto directo en algún momento, durante los últimos miles de años con Mort, y él lo recuerda todo.

Desde la Torre de Babel, que según Mort había sido hogar del primer cohete intergaláctico, que precariamente había realizado el hombre (por eso “dios” los castigó atontándolos, para que evolucionen luego, junto con el lenguaje); hasta las prisiones estatales de los años 30’s donde nuestro personaje fue parte de un motín; de la segunda guerra mundial, donde un compañero de pelotón había traicionado a sus tropas por temor; hasta el antiguo Egipto; desde los barcos negreros del siglo XVII, donde Mort conoció a un esclavo que llevaba dentro de sí un alma tan parecida a la suya que al verse el uno al otro se sintieron hermanos; hasta la batalla de las Termópilas, en la antigua Grecia de la mitología, donde Mort luchó junto a 299 otros espartanos.

Cada objeto, lo remonta hacia el pasado, y siempre hay historias por contar. Todo, un modelo de madera tallada del barco negrero, que él mismo había realizado mucho tiempo antes, un trozo de ladrillo perteneciente a la torre de Babel, o una falsificación perfecta de una vasija griega que relata la batalla de los 300 espartanos.
Como dijera el historietista y escritor argentino Juan Sasturain: “Mort Cinder es, más un mecanismo que un personaje: siendo todos no es nadie”

Como siempre, hay que recordar que Héctor Germán Oesterheld fue desaparecido durante la década del 70’ por el gobierno de facto que sufrimos los argentinos, junto con treinta mil otros desaparecidos. Solamente por pensar.

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