domingo, 12 de octubre de 2008

Ásterix el Galo

Nota realizada para Reinos Libres


La historieta francesa tomó un vuelo muy alto en los 70’s con la aparición de los Álbumes de historietas. Revistas como Metal Hurlant o Pilote son madres de las historietas más famosas del mundo. Y no solo se quedaron en eso, el nacimiento de esta nueva historieta francesa dio el impulso necesario a Argentina e Italia, los dos países que acompañan a Francia en el podio de los mejores historietistas del globo. Finalmente la industria llego a Bélgica y el Reino Unido. Hasta ese entonces la historieta europea no pasaba de Tintín, que, sin desmerecerla, no tiene demasiada entrada en un público adulto, y del otro lado del gran charco estaban las historietas de superhéroes en norteamérica y en sudamérica Héctor Germán Oesterheld con Frontera, y alguna que otra publicación del mismo estilo que los álbumes.

Quizás la historieta francesa más popular y famosa en todo el mundo sea la genial Ásterix el Galo, de René Goscinny, el cofundador y director de la revista Pilote, en la que salía el comic. Goscinny nació en Ucrania en 1926, y a los dos años su familia se había erradicado en Argentina donde publicó, siendo muy joven, sus primeras ilustraciones. Vivió hasta los 17 años en Buenos Aires, para luego vivir en Nueva York, Estados Unidos. Su estadía en el país de las oportunidades fue muy corta, porque era la Segunda Guerra Mundial, y tuvo que viajar a Francia para evitar ser enrolado en el ejército. En Francia, finalmente estuvo en el ejército, donde se convirtió en el ilustrador oficial del regimiento.
Trabajó con muchos grandes de la historieta, incluso trabajó en 1948 en un estudio gráfico con 3 tipos bizarros, que en 1952 fundarían la revista MAD. También trabajó con Albert Uderzo, el dibujante responsable de la obra a la que dedico esta nota.

Ásterix es una historieta muy interesante, ya que tiene capas, un niño la puede leer y tiene una visión y un adulto tiene otra. A los niños les encantan las historias de guerreros poderosos y de hechiceros con pociones mágicas. Y los adultos se maravillan con el humor delirante y los paralelos modernos que se aplican casi automáticamente al leer el comic.

Ásterix es uno de los guardianes de un pueblito Galo, es el último lugar que queda, que no esté bajo el control de Imperio Romano, la última resistencia. Es alrededor del 50 AC, y el emperador Julio Cesar avanzó y llevó a cabo la conquista de casi toda Europa.
Los galos tenían un secreto para el éxito de su resistencia, entre ellos se encontraba el druida Panorámix (un druida, para la cultura Celta, son unos sabios de clase social elevada, dedicados a la astronomía, la medicina y la magia, entre otras cosas) que les preparaba una poción mágica que los volvía super fuertes y resistentes.

Como ya se habrán dado cuenta, por lo menos con el nombre del druida, una de las cosas más representativas y recordadas de este comic son eso: los nombres. Juegos de palabras muy divertidos que imitan el latín en muchos casos, pero que justamente muchas veces son palabras inventadas. Hay nombres muy graciosos como Astrónomix, Tragicómix, Edadepiédrix u Ordenalfabétix; y otros mucho más delirantes, sin ningún sentido como Praliné, la madre de Ásterix y Gelatina, la madre de Óbelix, el compañero del protagonista. Y ya a un nivel lisérgico tenemos también a Yelosubmarin, la esposa de Ordenalfabétix, el dueño de la pescadería.
Los nombres no se quedan ahí, también vale la pena nombrar las cuatro ciudades romanas que sitian el pueblo galo: Babáorum, que en castellano es Pastelárum (vale decir que el Babá es un postre del este de Europa muy consumido en Italia y Francia), Acuárium, Laudánum y Petibonúm (haciendo referencia a la novela de Julio Verne llamada Petit Bonhomme, que significa “hombrecito”).


Ásterix es un astuto hombrecito rubio, bastante menudo, que de lejos jamás parecería presentar amenaza alguna, pero que por efecto de la poción de Panorámix tiene la fuerza de 10 hombres y es capaz de vencer un pelotón de romanos juntos. Incluso rompiendo su “impenetrable” defensa de la formación de infantería, que es tomada para la burla en muchos números. Ásterix siempre viene acompañado de su mejor amigo, Óbelix, un gigantesco y obeso galo, que de bebé se calló en el caldero donde el druida preparaba la poción mágica, desde ese día tuvo una superfuerza permanente, y nunca debe volver a beber el líquido. En el capítulo El Mal Trago de Óbelix, vuelve a beber la pócima y termina convertido en piedra, los galos terminan yendo a la Atlántida en busca de una cura.
Óbelix es el repartidor de Menhires. Un menhir es un monolito de piedra, algunas veces antropomórfico, son de la época prehistórica y eran erigidas para rendirle culto al sol. Los pueblos celtas están muy relacionados con los Menhires y otras estructuras de piedra rituales que se extienden por Gran Bretaña, Francia y España (en especial Galicia). El padre de Óbelix talaba menhires en una cantera, y el gigantesco galo con su fuerza mágica camina por la ciudad y los bosques cargando en su espalda los enormes bloques de piedra sin el menor esfuerzo. Tiene un perrito, llamado Ideáfix, que es el que completa el trío principal del comic. Idéfix (en la edición original francesa) es un perro ecológico que llora cuando ve un árbol derribado. Su nombre proviene de “idea fija”; Ásterix de “asterisco”, obviamente; y Óbelix de “obelisco” y de “obeso”.


Las Películas
En 1968 Goscinny y Lee Payant produjeron y dirigieron un film de animación en 2D llamado Ásterix y Cleopatra. En los 80’s Gaëtan Brizzi y Paul Brizzi volvieron a darle una oportunidad al largometraje de animación para el personaje, pero sin mucho éxito.

Muchos años después Claude Zidi tomó nuevamente el comic para llevarlo al cine, pero esta vez con actores de carne y hueso en pantalla. Así en 1999 se estrenó Ásterix y Óbelix contra el César y en 2002 Ásterix y Óbelix: Misión Cleopatra. Ambas con Christian Clavier como el personaje principal y Gerard Depardieu como su enorme compañero.

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